¿Por qué son temidos los virus?
Por: Eduardo Ponce
Llamas
Como puedes imaginar, las
infecciones bacterianas se producen a causa de bacterias, y las virales, a
causa de virus. Tal vez, la diferencia más notoria entre las bacterias y los
virus reside en que los antibióticos suelen matar las bacterias, pero no son
eficaces contra los virus.
Las bacterias son seres vivos que
contienen sólo una célula. Bajo un microscopio, se ven como pelotas, varas o
espirales. Son tan pequeñas que una fila de 1.000 podría cruzar la goma de
borrar de un lápiz. La mayoría de las bacterias no hacen daño: menos del uno
por ciento de ellas causa enfermedades. Además, muchas son útiles. Algunas
bacterias ayudan a digerir la comida, destruir células causantes de
enfermedades y suministrar vitaminas al cuerpo. Las bacterias también se
utilizan para hacer alimentos saludables como el yogurt y el queso.
Las bacterias infecciosas se
reproducen rápidamente dentro del cuerpo y pueden provocar enfermedades. Muchas
despiden sustancias químicas llamadas toxinas, que pueden dañar los tejidos y
así causan enfermedades. Entre los ejemplos de bacterias que causan infecciones
se incluyen el estreptococo, el estafilococo y la E. coli (Escherichia Coli).
El tratamiento habitual es con
antibióticos. El uso inadecuado de los antibióticos ha ayudado a crear
enfermedades bacterianas que son resistentes al tratamiento con distintos tipos
de antibióticos.
Muchas personas piensan que si se
tiene una enfermedad bacteriana o viral se puede atacar con antibióticos, pero
el comportamiento de los virus es más parecido al de una semilla, que puede
durar mucho tiempo sin las condiciones adecuadas para germinar, pero cuando se
tienen las condiciones, germina. Está entre la línea delgada de lo vivo y de lo
no vivo.
Los virus son todavía más
pequeños que las bacterias y necesitan huéspedes vivos —como los seres humanos,
las plantas o los animales— para multiplicarse. De lo contrario, no pueden
sobrevivir. Cuando un virus ingresa al cuerpo, invade algunas de las células,
se adueña de la maquinaria celular y la reorienta para producir el virus. Los
virus causan enfermedades infecciosas comunes como el resfrío común, la gripe,
la varicela y las verrugas. También causan enfermedades graves como el
VIH/SIDA, la viruela y el Ébola.
Los virus son como
secuestradores. Invaden las células vivas y normales y las usan para
multiplicarse y producir otros virus como ellos. Esto puede matar, dañar o
mutar las células y enfermarte. Virus diferentes atacan distintas células de su
cuerpo, como el hígado, el sistema respiratorio o la sangre.
Cuando usted contrae un virus, no
siempre se enfermará por él. Su sistema inmunitario puede ser capaz de
combatirlo.
Para la mayoría de las
infecciones virales, los tratamientos sólo pueden ayudar con los síntomas
mientras espera a que su sistema inmunitario lucha luchar contra el virus. Los
antibióticos no funcionan para las infecciones virales. Hay medicamentos
antivirales para tratar algunos de ellos. Las vacunas pueden ayudar a evitar
que usted contraiga muchas enfermedades virales.
LOS ESTILOS DE ENSEÑANZA DE LOS DOCENTES Y SU RELACIÓN CON LOS APRENDIZAJES DE LOS ALUMNOS
Por: Mtra. Leticia López del Toro
Asesor
académico en el Centro de Actualización del Magisterio en Ciudad Guzmán
Educar
en y para la diversidad es un factor esencial para alcanzar los niveles de
logro que actualmente demanda la sociedad. Por lo que para aspirar a una excelencia educativa, se requiere de
principios, concepciones teóricas y metodológicas desde el centro educativo, es
decir, desde la propia actuación de los docentes. Este actuar, se representa
entre muchos otros aspectos por los estilos de enseñanza que adoptamos los
profesores, sustentados por la unión de rasgos personales y profesionales,
significación de la enseñanza y el contexto socio-educativo-cultural donde nos
ubicamos. Dichos rasgos conforman los comportamientos particulares que se exhiben
en cada fase del proceso de enseñanza y que caracterizan, a la vez que
diferencian, las diversas formas de desarrollar la enseñanza.
Los
maestros muchas veces nos hemos preguntado porqué con una misma metodología,
alumnos que tienen un parecido nivel de inteligencia, unos aprenden muy bien,
otros bien y algunos regular. Una de las respuestas de esta dificultad es que
los alumnos tienen diferentes estilos de aprendizaje y los métodos empleados
por el profesor se ajustan o no a su estilo preferente.
Por lo
anterior, es una necesidad que los maestros en ejercicio, tengamos
conocimientos de nuestro propio estilo de aprendizaje y a su vez, aprendamos a
proceder y determinar los estilos de aprendizaje de los estudiantes con quienes
desarrollamos los procesos educativos, adecuando los programas o planeaciones
didácticas. Cabe destacar que, un buen docente no aplica recetas universales,
sino que tiene en cuenta las variables del alumno, la materia que se estudia y
el contexto con un criterio situacional.
En este
sentido, Carrasco (1997), señala cómo hay
que enseñar, por lo que propone tres principios fundamentales respecto a la
metodología de enseñanza.
Haciendo
énfasis en el Principio de
Individualización, detalla “que cada
alumno debe ser tratado de acuerdo con sus cualidades y aptitudes propias y
personales, de manera distinta a los demás” (Carrasco, 1997, p. 19), por lo tanto, es necesario adaptar los métodos
de enseñanza a las características individuales de cada alumno. En esencia, consiste
en crear las condiciones de aprendizaje más apropiadas para que el alumno
aprenda, así mismo, propone realizar un
diagnóstico de cada escolar que nos indique claramente su situación actual para
poder proporcionarle la adecuada ayuda pedagógica.
Respecto
al Principio de Globalización refiere
que, “es un estilo de enseñanza, un modo
de trabajar que considera a todas las disciplinas como colaboradoras para la
comprensión de una única y compleja realidad” (Carrasco, 1997, p. 22), de
esta manera se consigue una enseñanza acorde con la psicología infantil,
experiencial y motivadora, donde se
aprende en la realidad próxima de los alumnos.
Finalmente
hace referencia a la Concepción
constructivista de la ayuda pedagógica, como “un apoyo prestado a un alumno en la organización del contenido del
aprendizaje, en los estímulos a su motivación, en la propuesta de elementos
correctores, y en el seguimiento de sus progresos”, (Carrasco, 1997, p. 24).
Ésta ayuda, consiste en crear las
condiciones de aprendizaje más apropiadas para que el alumno construya,
modifique, enriquezca y diversifique sus esquemas de conocimiento en la dirección
que indican las intenciones o finalidades educativas.
En
conclusión, los docentes debemos ser muy conscientes de que la forma de enseñar
no debe ser una aplicación prescriptiva y rígida de unas fórmulas didácticas,
ésta debe considerar una metodología de enseñanza que favorezca la transferencia
y aplicación reflexiva de procedimientos de aprendizaje para poder enseñar a los alumnos a aprender.
Referencias Bibliográficas
Carrasco, J. (1997). Hacia
una enseñanza eficaz. Madrid España: Ediciones RIALP, S. A.
El impacto de la violencia virtual, en el comportamiento de los niños
Mtra. Rosa María Chávez
Hernández
Asesora del Centro de
Actualización del Magisterio
La ciencia y el sentido común
no siempre nos dicen las mismas cosas, así es que es muy satisfactorio cuando
coinciden. En el caso de la exposición de los niños a la violencia de los medios
digitales, la ciencia confirma claramente lo que ya sospechábamos: Lo que los
niños miran puede cambiar la forma en que se comportan.
Los niños que experimentan más
violencia en sus mundos virtuales como videojuegos, televisión y películas
tienden a demostrar más pensamientos y comportamientos agresivos y sentimientos
de enojo en el mundo real.
¿Qué medidas
prácticas podemos tomar?
- Si
usted tiene niños menores de 6 años, haga todo lo posible por eliminar el
contenido digital violento. Los niños pequeños no
tienen la capacidad de distinguir entre la fantasía y la realidad, e
incluso la violencia en los dibujos animados altera la forma como ven al
mundo.
- Entérese
lo más que pueda sobre los medios digitales que sus hijos utilizan. Realice
una clasificación para decidir lo que permite ver en su hogar.
Recuerde que "a todos mis amigos los dejan hacerlo" sigue siendo
la razón más débil que usan los niños.
·
Siéntese y vea programas o juegue con sus niños. Esto
no sólo logrará un entendimiento más profundo de un aspecto tan importante en
sus vidas sino que tendrá la oportunidad de ofrecer su perspectiva de adulto
sobre lo que están viendo. Tendrá la garantía de encontrar oportunidades para
comunicar y explicar los valores que su familia aprecia más.
·
Evalúe los programas y los juegos infantiles con el
propósito de determinar lo que les están enseñando a los niños. ¿La violencia es común? ¿Es
divertido? ¿Atractivo/de contenido sexual? ¿Racista? ¿Recompensa con dinero o
posición? ¿O se están dramatizando las consecuencias dolorosas y duraderas de
la violencia? Una mirada más realista a las consecuencias de la violencia puede
brindar a los niños la perspectiva que necesitan.
- Tenga la autoridad de no permitirles a los niños
jugar juegos que recompensen el disparar, matar o herir a otras personas. Los video juegos son maestros poderosos pueden
ayudar a los niños a aprender, cooperar y ayudarse entre sí y a realizar
varias tareas de cierta forma, pero también pueden reforzar el sentido del
peligro constante y las reafirmaciones por actos violentos. El mundo de
los juegos ofrece suficiente contenido atractivo así que la violencia no
tiene que ser parte del entretenimiento.
¿Cómo criar niños pacíficos en un mundo de violencia?
Ayudar a nuestros niños a elegir entretenimiento
menos violento puede marcar la diferencia en el comportamiento de algunos, y
eso es un buen comienzo.
ORIENTACIONES EDUCATIVAS DE APOYO PARA LOS PADRES DE FAMILIA
Mtra. Mercedes Imelda Avalos Ruiz
Asesora en el Centro de
Actualización del Magisterio en Cd. Guzmán.
La evolución de la sociedad a
través del tiempo, de manera especial en la última década ha vivido
vertiginosos cambios. Esto es más perceptible con la inundación de redes
sociales que se cuentan en la actualidad. Para los jóvenes y no tan jóvenes,
menores de 30 años, es casi inconcebible estar sin internet, sin televisión,
sin aplicaciones para la computadora, etc.
A este primer punto, le agregamos
que la necesidad de supervivencia y realización personal, además del progreso,
han provocado que, en un clan cualquiera, ambos padres de familia trabajen para
colaborar con la economía y adelanto de la estirpe.
Tomando en cuenta estas dinámicas
que suceden en los diferentes núcleos sociales en que nos desenvolvemos e
interactuamos de manera constante, no es difícil percatarnos de que los
progenitores se encuentran ocupados en jornadas laborales, en las actividades
prioritarias de cada día; como el vestir, calzar, cocinar, alimentar y muy
pocas veces pasear, socializar y especialmente educar.
Los hijos han aprendido a ser
“responsables” con sus tareas, autónomos en sus actividades y hasta
independientes en sus pensamientos. Tanto así que, en la gran mayoría de los
casos, se hacen acompañar de amigos “on line”, buscar experiencias que en el
núcleo familiar ni se viven, se comparten o por lo menos se comentan. La
“presencia ausente” de los padres, es carente de comunicación, empatía,
atención y cuidado de las emociones. Sólo se comparte un espacio físico ciertas
horas del día, pero se conocen lo mínimo los miembros que cohabitan.
Al final del día, cada quien
siguió su ritmo, sus necesidades e intereses y empieza a acumularse cierto
vacío, un dejo de soledad, ausencia y poca o nula convivencia.
La American Academy of Pediatrics (2016)
afirma que, es importante tener en mente que el estrés del trabajo puede
encontrar su camino a casa. Cuando los padres sienten que trabajan mucho o que
no se les aprecia en su trabajo, podrían ventilar su frustración y enojo con
sus hijos o entre ellos. Con frecuencia, la forma en que se supervisa a los
padres en el trabajo se vuelve en la forma como ellos "supervisan" a
sus hijos en el hogar. Finalmente, los padres tienden a animar a sus hijos para
que desarrollen destrezas similares a los que ellos usan en su trabajo. Por
ejemplo, los padres cuyos trabajos implican autonomía y la solución creativa de
problemas, es probable que guíen a sus hijos hacia el mismo tipo de
comportamiento, mientras que los padres cuyo trabajo recompensa la organización
de la información o materiales, pueden valorar esas destrezas en casa.
Otro punto a considerar en la
dinámica de interacciones familiar, laboral y educativa, es la participación de
terceras personas en el proceso educativo de los menores. En el mejor de los
casos, esos otros involucrados, son las personas de una estancia infantil o
cuidadores que suplen y cubren la ausencia de los padres de familia y podemos
decir que colaboran en su educación. Al fin que, suele suceder que pasen más
horas en esos espacios que con sus padres. Otra vez se torna relevante e
indispensable la participación de un agente educativo como los docentes o
educadores de estancias infantiles o “guarderías”, para cuando ya cubren los
pequeños el horario de una escuela formal o las actividades extraclase que se
imponen al chico, para que aprenda algo más y ocupe su tiempo. Ahora, cuando el
adulto con el que queda a manera de resguardo los menores en que los papás
trabajan, puede ser la vecina, tía o las abuelas; por demás cariñosas, de buena
voluntad, pero no siempre con estrategias educativas ni correctivas para el
aprendizaje y la conducta.
Por lo tanto, en esta reflexión
se invita a los padres de familia a implementar estrategias de convivencia de
calidad con sus frutos, dedicación para el apoyo a sus tareas escolares,
acercamiento afectivo, atención a sus intereses y necesidades no sólo físicas y
fisiológicas. De sobra sabemos la necesidad de que ambos padres trabajen, por
infinidad de razones, y que requieren que alguien comparta y ayude con el
cuidado de los hijos.
Pero, si se requiere más
conciencia sobre la relevancia que adquiere la calidad del tiempo que dedican a
sus descendencias, conocer sus preferencias, intereses, amigos,
responsabilidades, ambiciones, etc. Tratando de evitar el mal humor, revisar
tareas, escuchar a los pequeños, compartir experiencias y haciendo a un lado
los problemas laborales para atender de la mejor manera las necesidades de la
familia en general, de cada chico en particular, demostrando el afecto que les
une con cariño y atención.
En un momento dado, si los padres
de familia no se les ocurre como atender a sus hijos después de un día cansado en el trabajo, con tanta demanda
de atención que ellos requieren y dejando de lado los problemas laborales y las
diferencias entre parejas, agrego aquí una breve lista de sugerencias y
también, si se acercan con los maestros de sus hijos, de seguro les ayudarán a
elegir la más acertada para los intereses de ellos, dependiendo su edad
madurativa e incluso a inventar cosas simples para hacer y disfrutar en
familia.
·
Ver una película del interés de los hijos con
unas palomitas
·
Elaborar su postre favorito y degustarlo en
compañía unos de otros
·
Usar libros de colorear de manera colaborativa
·
Leerles un cuento antes de dormir
·
Ayudarles a hacer una casa de campaña en el
patio de la casa
·
Dormir todos juntos en la sala
·
Hacer una pijamada
·
Elaborar alguna manualidad, como pintar,
recortar, cocer
·
Ponerse a cocinar juntos algo sencillo
·
Llevarlos a visitar algún amigo o familiar del
agrado de los hijos, no sólo de los adultos
·
Revisar juntos el closet, para desechar lo que
ya no les queda y canjearlo con alguien
·
Elaborar y jugar con aviones y barcos de
papiroflexia, plastilina o masa
·
Enseñarles a divertirse con juegos
tradicionales, como escondidas, bebeleche, cuerda, trompo, etc.
·
Hacer pinturas con elementos naturales como
hojas, flores, cáscaras de frutas
·
Hacer títeres con guantes o calcetines y
platicar con los hijos por medio de los personajes
·
Competir en la resolución de operaciones
matemáticas, crucigramas, palabragramas, códigos secretos
·
Participar en una sesión de juegos de mesa
·
Hablar de “cosas de susto”, fantasías, leyendas,
historias familiares
Espero sea de utilidad las
sugerencias, que de verdad los padres de familia hagan un esfuerzo por compartir
tiempo de calidad a los hijos para poder apoyarles en su desarrollo emocional
equilibrado y no sólo preocuparse por lo intelectual. Apoyarle en su
integración a la sociedad de una manera amable, despertando sus intereses
cimentados en valores y con la confianza de que sus papás, independientemente
de sus problemas y ocupaciones, harán un espacio para estar y departir con
ellos, que les quede claro que su lugar seguro durante la infancia es al lado
de sus padres y en ellos encontrarán la fortaleza y seguridad que necesitan
para desarrollarse de manera plena y feliz. Y así, cuando lleguen a la edad
adulta, puedan no sólo ser sus padres, sino sus amigos y un buen ejemplo a
seguir.
Cerremos con la opinión de Ángela
Villalobos, Psicóloga infantil que en su plataforma PsicoEduca (2018) dice de
ser padres y el tiempo de calidad: “Para los adultos el tiempo de calidad produce
satisfacción y nos aleja del ajetreo y movimiento de la vida cotidiana. Por si
eso no fuera suficiente para los más pequeños pasar tiempo de calidad en
familia les proporciona la tranquilidad y sensación de confort que se genera
cuando el adulto le atiende en exclusiva, además, también reduce sus posibles
preocupaciones. En definitiva, revisemos nuestros hábitos y la manera en que
enfocamos el tiempo compartido y modifiquemos todo aquello que pueda suponer
tiempo vacío que da la falsa sensación de tiempo en familia y que en realidad
nos deja con la sensación de tiempo perdido y no nos reporta nada. Cambiemos
este tiempo y llenémoslo de tiempo de calidad con sonrisas, afecto y ganas de
disfrutar juntos.”
Referencias:
Beneficios de
pasar VERDADERO tiempo de calidad con los hijos. Revista digital “Ser Padres”.
Ubicado en la dirección electrónica: https://www.serpadres.es/familia/tiempo-libre/articulo/beneficios-de-pasar-tiempo-de-calidad-con-los-hijos-121510320514,
consultada el día 15 de julio de 2020.